Disfruto mucho trabajar en IPPLIAP, donde Javier realizó un increíble trabajo con el patronato de nuestra institución a beneficio de nuestros alumnos Sordos. Desde que estuvo a cargo, todos los patronos estuvieron realmente comprometidos, dejaron de ser algo asi como seres abstractos y muy lejanos. Hoy tengo el gusto de conocer a algunos de ellos personalmente, ser testigo de su trabajo y los beneficios obtenidos para nuestros niños. Creo que la mayor parte del éxito de este proyecto fue contar con Javier, pues con su dirección se lograron metas y satisfacciones muy gratas, por ejemplo, nuestra biblioteca, un proyecto muy deseado y que es una realidad.
Y no es para menos, investigando un poco sobre el en la Internet, veo que fue un economista genial, muy querido y respetado... pero también una persona muy sencilla, que valoraba a la gente por lo que es, por lo que pueden llegar a ser y porque dan lo mejor de si mismos. Probablemente nace de ahi su compromiso con el IPPLIAP.
Hoy tuve la oportunidad de dar el último adiós en compañía de algunos alumnos. Fue emotivo y triste, sin duda le recordaremos con cariño.
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