Bueno... ha pasado algo de tiempo y no les he contado que sucedió. La mayoría de los participantes en el curso presentamos el examen. Los oyentes lo pasaron, los Sordos no... bueno, yo lo medio pasé.
No les voy a negar que el examen fue difícil, las palabras confunden mucho y a veces la opción más lógica no siempre es la correcta. Nos separaron, no fue posible que estuvieramos todos en el mismo grupo para responder el examen. Habría sido mejor el apoyo de un intérprete o que nos permitieran usar el diccionario.
Me supo mal la derrota, ni modo, pero ahora tengo unas ganas enormes de volver a hacerlo. Ya lo hice una vez, puede que esta sea mejor, ya que lo conozco. Ignoro si las preguntas serán las mismas, pero ahora hay más confianza y seguridad. Si se vuelve a abrir el grupo de estudio, me volveré a inscribir y a estudiar y si no, pues tambien.
Las preguntas son de lo mas simples y complejas. Donde más me confundí fue en las que preguntan sobre la ley de educación y la vida de las maestras jardineras precursoras. Algunas te llenan de ternura como Juanito y su diente negro. Otras te ponen los pelos a punta con los casos de maltrato y lo que debes hacer; otras te confunden sobre las áreas del programa. De repente, el examen es ambiguo y la presión del tiempo te altera ¡que feo!
Ni modo, a estudiar de nuevo...
sábado, 28 de febrero de 2009
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