En aquel entonces no era consciente de que ser sorda me ponía en esas situaciones, tal vez difíciles.
Para empezar, recuerdo que la gente me consideraba algo asi como la confidente ideal. Muchas veces con un rico cafecito me platicaban muchas cosas, supongo que tal vez personales. Pero siempre se llevaron la mejor impresión, que yo jamás "publicaba" lo que me contaban.
Y con esta anécdota doy por inaugurada una nueva sección de este blog, que solo leen 3 personas ¡ja,ja,ja!